Coronavirus: ¿Qué hicieron las grandes economías del mundo para evitar que quiebren sus empresas?
Con Europa convertido en el epicentro de la pandemia y Estados Unidos en emergencia nacional, los gobiernos están apretando el acelerador para limitar el devastador impacto económico de la propagación del coronavirus en las familias, los trabajadores y las empresas. Los líderes europeos han dicho que están dispuestos a invertir «lo que sea necesario» para salvar a las economías de una catástrofe mayor.
En Estados Unidos el presidente Donald Trump invocó el a la ley de 1950 que permite la intervención de empresas. El objetivo es movilizar la producción privada para luchar contra el coronavirus y podría, por ejemplo, obligar a la industria a producir suministros médicos esenciales. También se suspendieron las ejecuciones hipotecarias y los desahucios, al menos, hasta finales de abril. Estas nuevas iniciativas de emergencia se suman al plan propuesto por la Casa Blanca de más de US$1 billón de dólares, que se está negociando en el Congreso. El programa incluye el envío directo de cheques de US$1.000 a los ciudadanos más vulnerables para impulsar el consumo. La Reserva Federal (equivalente al banco central de EE.UU.) además de bajar las tasas de interés a casi 0 e inyectar liquidez por valor de US$700.000 millones en el mercado con la compra de bonos del Tesoro y valores hipotecarios, anunció que reanudará su programa de compra de deuda corporativa.
Por su parte, Reino Unido anunció que garantizará US$400.000 millones en préstamos respaldados por el gobierno a empresas afectadas por la pandemia. La medida representa en torno al 15% del PIB del país. España anunció la movilización de casi un 20% del PIB para combatir los efectos económicos del virus, con aportes públicos y privados. El Estado abrirá una línea de avales a disposición de las empresas más golpeadas. En Francia el plan económico de emergencia incluye la entrega inmediata de recursos a trabajadores y empresas, la implementación de garantías fiscales para préstamos y medidas específicas para proteger a las empresas amenazadas, incluyendo la nacionalización en caso que sea necesario.
Asimismo, el gobierno italiano también anunció la suspensión del pago de hipotecas, ayuda financiera a empresas afectadas, entrega de dinero para los trabajadores autónomos afectados, subsidios a los desempleados, suspensión temporal de las obligaciones fiscales de empresas y ciudadanos, prohibición de despidos por dos meses, extensión de permisos parentales y entrega de un bono para que los padres que deben trabajar paguen por el cuidado de sus hijos. Mientras que Alemania sorprendió al tomar distancia del dogma de la disciplina presupuestaria, anunciando medidas excepcionales. Se trata de un plan que contempla la concesión de crédito «ilimitado» a las empresas, mediante garantías de la banca pública a los empresarios para evitar las quiebras. Los empresarios cuentan además con financiación pública para recortar el número de horas que trabajan sus empleados debido a la caída de la producción.